lunes, 7 de mayo de 2012

La obra


“A puerta cerrada” es un exponente del existencialismo, escrita por el filosofo, Jean Paul Sartre, en 1944.

La obra plantea una visión del infierno, que escapa a los cánones clásicos. A este infierno sartreano, llegan tres personajes, Garcin, Ines Y Stelle, que son conducidos por un mayordomo a una habitación. Ellos esperan del infierno, el fuego eterno, el dolor y todos aquellos castigos que el imaginario religioso creo durante siglos en el colectivo humano, sin embargo, nada de lo tan temido ocurre. Están los tres solos en una habitación cómoda. No hay palas, no hay fuelles y en cambio tienen como infierno, la mirada del otro, la mirada que construye y destruye, la mirada que no se conforma y escudriña el pasado en busca de mas, de una confesión que explique porque están allí.

Así, Sartre centra su filosofía existencialista en la obra “A puerta cerrada”. Los personajes descubrirán que no hay infierno más penoso que la mirada del otro, o citando textualmente a Sartre:

“El infierno son los otros”

El grupo Índigo, plantea su puesta en el proceso de búsqueda de la verdad. Aquella que se oculta tras la fachada social, aquel imperturbable armazón que se sostiene aun en los actos más innobles. ¿Cuál es la verdad? ¿La que se forja día a día, para justificar las acciones diarias? ¿O aquella que reside muy profundo en la conciencia? Aquella verdad que el “otro” observa y devuelve en sus ojos, como un espejo imposible de ver.





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