jueves, 16 de junio de 2011

geo

Ella dice la verdad descarnadamente, su palabra llena el espacio, su vida se vuelca en cada mirada y el eco resuena cruel en las pupilas.
Seis ojos, tres miradas enfrentadas, una luz que lo invade todo y una marcha vacilante. El aquí y el ahora mas vivo que nunca. Judith sabe lo que dice, este es el momento de no callar, de observar y observarse. Este es el momento de calcular su nueva jornada.
El vacio de la perdida la obsesiona de una forma particular, la obsesiona tenuemente grisácea, la llena de bruma. Judith huele la ausencia en el aire de las ponencias. Lo abandonado jamás querido, vuelve a lamer su vientre en una usencia que se enquista cada vez más y nadie la escucha, ni siquiera el sirviente But, que parece caminar sobre una línea nocturna sin retorno, sin escape.
Ahora aprisiona el ángulo entre los dedos del pie, aprieta la abertura que le sabe a parto, a luz. Se pierde en el esmeralda de su pútrida esperanza y por un instante se aquieta…pero vuelve por más y pide más y pregunta del punto, de la línea y del plano y descubre una bolilla, la negra, que la conduce inexorablemente al final.
Cesar G. Dominguez para "Geometría"

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